jueves, 26 de marzo de 2009

PSICÓLOGOS PATOLÓGICOS

Siempre me he preguntado que oscuras motivaciones llevan a una persona a estudiar para una profesión que consiste en inmiscuirse en la vida de los demás. No, miento, no me extraña que alguien estudie psicología, lo que me resulta incomprensible es que se dedique a ello profesionalmente o, lo que es peor, que la practique altruistamente en vez de usar sus conocimientos para intrigar y obtener el máximo provecho de las debilidades ajenas. Podéis pensar algunos que lo de obtener provecho de las debilidades ajenas y dedicarse profesionalmente a la psicología es la misma cosa y, en efecto, los límites son muy escurridizos; es difícil marcar una frontera clara entre una cosa y otra.
También es posible que el psicólogo haya estudiado esa carrera en particular para exorcizar sus demonios internos y purgar sus taras mentales, en cuyo caso corremos el riesgo de ser tratados por alguien que ve las cosas a través de una óptica dañada de antemano.
M. es una psicóloga que parece que va de acido crónicamente. La llevo a mi pueblo y me habla de las xanas y los trasgos que se espera encontrar en esos bosques de ensueño, con los ojos muy abiertos y una sonrisa fantástica (no fanática, fantástica) llena de dientes. Nunca me cuenta aquellas cosas de las que me entero por su familia (novios psicópatas y adictos a todo). Cuando está conmigo se obstina en hacerme creer que el optimismo y la felicidad son la misma cosa, y que si puedes ver un conejito en la forma de una nube, la mitad del camino está andado; pero, al llegar al pueblo, cuando me bajo del coche, al advertir la forma de un querubín en la corteza de un árbol, piso la mierda de vaca y hundo el pie hasta los tobillos, me ortigo al limpiarme en la hierba de la cuneta y una horrible sensación de desastre inminente parece flotar en el aire, como un peligro intangible que me acecha en todas partes en forma de nubes negras, racha de aire helado y ese momento en que recuerdo que el último fin de semana quemé toda la leña que quedaba. ¿Por qué la invité a ir y como voy a soportar un fin de semana con ella y su felicidad irracional, teniendo en cuenta que no le gusta el sexo(conmigo)? ¿Que voy a hacer cuando quiera ser estupenda con los vecinos y me avergüence con sus encendidos elogios de la vida de campo y el contacto con la naturaleza; cuando le atribuya al tonto del pueblo las virtudes del buen salvaje? ¿Querrá ver a las vaquitas y se abrazará a ellas? Y lo que es más misterioso que el mismísimo misterio de la santísima trinidad: ¿Qué hizo en sus cinco años de universidad y por qué?
Y picad en la imagen


5 comentarios:

Sara Morante dijo...

Redios. Sabias palabras.

javiguerrero dijo...

Y amén, mecagonlahostia

Anónimo dijo...

bueno, voy a aventurarme a opinar sobre este tema de la psicología y el optimismo.

Parece, que en el cerebro de un optimista (podría ser el de tu amiga M.)la actividad de la amígdala, que regula el control de emociones y de toma de decisiones es mayor que en los sujetos pesimistas. Estos, los pesimistas, suelen tener visiones rígidas del pasado y muy poco emprendedoras del futuro por lo que no suelen añadir enseñanzas constructivas a cada experiencia traumàtica de su vida y sí más dosis de amargura y patética parálisis que les impide tener una visión global.
La esperanza y el optimismo es lo que motiva el MOVIMIENTO en lugar de quedarnos estancados tan sólo ...quejándonos.

Personalmente, el mundo está llenos de Líderes necesarios con un cerebro optimista y también de grandes genios de las artes, no menos necesarios, con un cerebro depresivo que nos han hecho disfrutar de su pesimismo materializado en lírica, pintura o cómics..?

(siento no haberlo podido explicar con menos líneas, tan sólo pretendía hacer llegar que unos y otros, pesimistas y optimistas formamos parte de un engranaje en el que todos somos imprescindibles)

javiguerrero dijo...

Si, debe ser el optimismo lo que invita a mi amiga a repetir una y otra vez con psicópatas drogadictos y violentos, ya lo entiendo. Pero parece que se pierde lo de las enseñanzas constructivas y se deja llevar por conejitos esponjosos en el cielo. Por lo demás, me honra que una de mis divagaciones sin sentido haya dado lugar a un comentario serio y documentado. A veces es lo que espero con las pequeñas provocaciones que vierto en mi espacio.Gracias. Un saludo

Anónimo dijo...

ja ja ja...para la reiteración de tu amiga no tengo otra respuesta más que puede ser un ejemplo de como un optimista con tendencias masoquistas no se deja vencer por los fracasos e insiste en repetir modelo de pareja...ja ja.
Por lo de el comentario serio y documentado no hay nada que agradecer, más que nada por que ni quien suscribe es tan seria ni tan documentada ( disculpa que interrumpiera así en tu blog como anónima, pierdo mucho tiempo identificándome)

Elvira