sábado, 30 de julio de 2011

DESTINO OCULTO: CRÍTICA DE CINE.

DIRECTOR: George Nolfi
CRÍTICA: JAJAJAJAJAJAAJAJA
JAJAJAJAJAJAJA
JAJAJAJAJAJAJA
JAJA
También hay pseudofilosofía y metafísica de patio de escuela que haría sonrojarse a un actor porno
Y aquí debajo tenéis  una de 6 páginas que trata sobre cine y erizos
 









jueves, 28 de julio de 2011

CRUCIGRAMA


Como tengo un intelecto inquieto le dedico cinco minutos diarios al crucigrama del primer día del mes y si lo termino antes del día 15 lo enmarco y ahora estoy intentando sumergirme en el complejo mundo de los sudokus y le dedico otros cinco minutos diarios a tratar de comprender dónde se colocan las letras y dónde están las definiciones. Mi Marisa me ayuda a veces con el crucigrama cuando me atasco pero procuro no recurrir a ella si no es imprescindible. El caso es que este mes llevaba tres días atascado en una palabra de 9 letras distribuidas de la siguiente forma: ----ta-se. Expandirse, agrandarse una cosa, decía la definición.
-¡¡MARISA , CARIÑO, ¿CÓMO SE LLAMABA ESO QUE LE TIENE QUE PASAR A TU COÑO PARA QUE LE ENTRE MI POLLA?!!
- ¡¡¿CON CUÁNTAS LETRAS?!!
- ¡¡NUEVE!!
-¡¡DILATARSE!!
¡Pero qué culta es, la hija de puta y cuántas palabras raras conoce!
¡Dilatarse!¡Ni más ni menos!
En la imagen, página 1 de 4

domingo, 24 de julio de 2011

SORBETE DE LIMÓN Y ZAPATOS LIMPIOS


A veces las ideas se fijan en nuestra mente con huella indeleble y ni si quiera sabemos en qué momento se improntaron en nuestro ideario. Cuando Marisa me vio un día  con los zapatos lustrosos porque aquella mañana me había dado la compulsión limpiadora de los domingos a pesar de ser solo lunes, me dijo que a dónde iba con esos zapatos tan limpios, que parecía un deficiente mental. En seguida reconocí la naturaleza de su afirmación como el resultado de una impronta inconsciente e irracional que en algún momento de su vida se había alojado en su cerebro para quedarse allí hasta que la afilada hoja de la guadaña de la parca segara su vida dentro de 30 o 40 años o quizás mañana.
- ¿Los subnormales llevan los zapatos limpios?-, dije
- Sí, creo que sí...
- ...
- Es que los subnormales están al cuidado de algún familiar y eso...
- Vaya, así que los subnormales llevan los zapatos limpios porque están al cuidado de algún familiar.
- Sí, Mariano, alguien le tiene que limpiar los zapatos a los subnormales ¿no?
- ¿Insinúas que un subnormal no puede limpiar sus zapatos cuando son capaces incluso de reponer en los supermercados y estudiar carreras universitarias?
- Vamos a ver, Mariano: Si alguien tiene un hijo subnormal no quiere que la gente piense que  descuida su aseo porque siente algún tipo de aversión a su hijo tarado o que, dado su escaso coeficiente intelectual, no tiene sentido ocuparse demasiado de su bienestar, así que lo tienen siempre de punta en blanco  y con los zapatos son especialmente escrupulosos.
Otra cosa que me jode de Marisa es cuando dice :"Vamos a ver, Mariano". Normalmente esta frase suele preceder a un razonamiento coherente que demuestra sin ningún género de dudas que yo soy tonto y ella lista; pero en este caso, por ejemplo, sus argumentos eran tan estúpidos como el 90 por ciento de los míos. Yo creo que en algún momento de su vida tuvo algún vecino síndrome de down con los zapatos muy limpios y elaboró esa teoría de manera inconsciente para justificar algo incomprensible para ella : que un subnormal pudiera tener los zapatos más limpios que su padre, que da siempre la impresión(al menos desde que yo lo conozco) de encontrar atajos en barrizales inhóspitos que pasan desapercibidos para el resto del mundo, incluso cuando sale cinco minutos en busca del pan. Le hice saber lo que pensaba de los zapatos de los subnormales y los zapatos de su padre. No quiso reconocer que su padre llevaba siempre los zapatos viejos y sucios  y zanjó el tema diciéndome que hiciera lo que me diera la gana  con mis zapatos pero que a ella la dejara en paz.
Fuimos a comer por ahí y en los postres tuvimos una agria disputa sobre los sorbetes de limón. Ella pidió un sorbete de limón y le pusieron un helado de limón. Yo sabía que lo que ella quería era una de esas copas con hielo y una pajita pero estaba seguro de que en aquel sitio llamaban al helado de limón sorbete de limón porque en el menú de la pizarra ponía de primero fidegua y de segundo escalopinos, y se lo hice saber antes de que pidiera el postre, pero ella no soporta que yo sepa algo que ella no sabe y no me hizo caso.
-¡¡PERO MARISA, POR DIOS, TE VAN A PONER UN HELADO Y NO UN SORBETE Y CUANDO ESO OCURRA YA NO HABRÁ MARCHA ATRÁS!!
No me hizo caso y se llevó un disgusto cuando vio el helado, estuvo un rato comiendo con desgana y yo aproveché para pincharla:
- ¡¡OH, VAYA, QUE SORBETE MAS EXTRAÑO, QUE TIENE UN SORPRENDENTE PARECIDO CON UN PUTO HELADO DE BOLA CON SABOR A LIMÓN!!
Se enfadó un poco y, después de intercambiar algunos insultos, le entró la risa y señaló al chef, que se tomaba una cerveza en la barra:
-Mira Mariano ¿Habías visto antes a un cocinero con unos zapatos de calle tan lustrosos? Es un deficiente que confunde los sorbetes con los helados.
En la imagen, página 1 de 4. 

lunes, 18 de julio de 2011

YERBO.FIESTAS DE SANTAMARINA

 
Esto es un resumen acelerado del día entero.

 
 La sesión vermú. Lulo Mariano tiene 88 años y bailaba con todas.

 
La procesión. A la gitana se la estaban comiendo los globos

  
Harry Belafonte: Cotton Fields

viernes, 15 de julio de 2011

PELOTA QUE VOTA Y CIERRA Y CANDADO Y PUNTO AZUL


La primera vez que se lo pregunté me dijo que no la usaba porque le parecía más natural e incluso sensual usar la mano y esparcir el jabón por el cuerpo como si de una caricia se tratase pero cuando ya llevábamos una temporada viviendo juntos me explicó que ella siempre se había duchado con esponja hasta que una compañera muy glamurosa, durante el viaje de estudios, le dijo que usar una esponja era una ordinariez antinatural y que no había nada comparable al tacto de la mano a la hora de esparcir el jabón por el cuerpo como si de una caricia se tratase. A esa edad somos impresionables y excesivamente permeables a las influencias externas y si aceptamos una sentencia ajena como verdad inamovible, cegados por la admiración o la falta de autoestima,  puede que ya no podamos desprendernos nunca de ella, por estúpida que sea. Así se lo hice saber a mi Marisa y le expliqué cómo alguien cuyo nombre no recuerdo había dicho una vez que una persona con los zapatos sucios o rotos no era digno de ser tomado en cuenta y cómo asumí esa declaración como una verdad universal durante dos o tres largas semanas, hasta que un día me topé en el autobús a un cincuentón con una camiseta de redecilla ceñida, un pendiente con una pluma en la oreja izquierda, unos pantalones superapretados, el pelo teñido de rubio platino y los zapatos negros asombrosamente brillantes e impolutos. El individuo sacó un libro de Carlos Ruiz Zafón y, antes de comenzar a leerlo, le explicó a su acompañante que Zafón tenía una prosa envolvente que le cautivaba. A partir de entonces comencé a elaborar una lista de banalidades que había asumido como verdades absolutas y decidí desprenderme de todas ellas y es por eso que salgo siempre con zapatillas de andar por casa y chandal o algún traje de pana y el sombrero amarillo para las ocasiones. Mi mente vuela libre desde entonces y a veces vuela tan alto que me paso varios días sin ella y la echo mucho de menos.
-... Mi mente vuela libre desde entonces y a veces vuela tan alto que me paso varios días sin ella y la echo mucho de menos.-, terminé de explicarle a Marisa.
- Vaya, pues tu mente debe estar haciendo un viaje muy largo porque todavía no he conseguido que aprendas a usar el microondas.
Me jode mucho que se ponga cínica conmigo, que soy un alma pura e inocente desprendida de la banalidad.
- Pues yo creo que la gente que no usa esponja nunca se limpia bien el ojete y lo lleva siempre lleno de mierda-, dije (ya lo sé, el cinismo no es lo mío)
- Eso es absurdo, si te limpias el ojete con una esponja se queda manchada de mierda y la tienes que tirar a la basura.
- Vaya, así que a la señorita le gusta pensar que no caga y por eso no usa esponja...
-Imbécil
Eso sí que me dolió porque , aunque no lo creáis, a veces pienso que algunas personas piensan que soy imbécil, casi siempre albañiles  o abogados, o cajeras de super, viejas en el ascensor, mi médico de cabecera, mi madre, algunos niños que conozco, casi todos los jovenes que conozco, mi sobrino, mi sobrina, toda mi familia de Cádiz y todos los profesores de matemáticas que tuve en mi vida y los de educación física puede que también, en fin, las excepciones que confirman la regla...¿Pero mi Marisa?. La conversación se acabó ahí y no volvimos a dirigirnos la palabra hasta el día siguiente. Era Domingo y nos acercamos juntos y enfadados a la plaza del ayuntamiento, donde había una especia de mercado medieval.
Después de echarle una hojeada a las costillas asadas, los jabones naturales, los pendientes, los quesos y otras hostias, nos quedamos un rato mirando las hierbas medicinales.
- ¡¡MIRA MARISA, PARA EL ESTREÑIMIENTO CRÓNICO ¿QUIERES QUE TE COMPRE DOS O TRES KILOS?!!
- ¡¡PARA LA IMPOTENCIA, MARIANO¿SE LA COMPRAMOS TODA?!!
- ¡¡Y POR QUÉ NO LE PEDIMOS A ESTA SEÑORITA ALGUNA HIERBA PARA EL SNOBISMO DE LA GENTE QUE NO USA ESPONJAS Y TIENE EL CULO LLENO DE MIERDA!!
- ¡¡O ALGO PARA LOS SUBNORMALES QUE ANDAN POR LA CALLE EN CHANDAL Y ZAPATILLAS!!
-¡¡PELOTA QUE VOTA Y CIERRA!!
-...
Ahora mi Marisa se quedó mirando como si no se creyera lo que acababa de oir.
-¿pelota que vota y cierra?
-Sí...ya sabes..., que no me puedes decir nada más, que está cerrado y gané yo- , oye no os lo vais a creer, pero me puse colorado como un parvulario.
- Señores, si no van a comprar nada...- intervino el mercader.
Así que dejamos las hierbas y la feria medieval y nos fuimos a tomar un vino.
- ¿Y no conoces esa otra de "candado y punto azul"?-, le dije a Marisa.
- No pero también tiene gracia ¿cuántas de esas te sabes?
-36.
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sábado, 9 de julio de 2011

¡¡SORPRESA!!


Quise darle una sorpresa a Marisa y hacerle una comida rica y creativa. Llené  el carro del supermercado con lo necesario: Una berenjena, un calabacín, 12 gambas, medio kilo de carne picada, dos centollos, chorizo criollo, manzanas para el puré de manzanas, dos cartones de vino blanco y una botella de tinto de corcho y redecilla, unas ciruelas pasas, todas las especias del mostrador, garbanzos cocidos y fabes y lentejas también cocidas, las naranjas, la nata montada y las costillas de cerdo. Había una cola del demonio y detrás de mí un señor de mirada vidriosa con una barra de pan  en el sobaco y una botella de vino en la mano quería compadrar conmigo  quejándose de las putas viejas que contaban los céntimos y enlentecían la cola. No le hice mucho caso porque con el asunto de la hemiplejia también ando algo torpe manejando el dinero y entorpezco bastante el fluir de las colas del supermercado. El caso es que cuando me tocaba el turno ya estaba hasta la polla de escuchar al borracho cagarse en dios y en la madre de las viejas (pobrecitas, ya huérfanas de madre) así que al sacar el monedero deje caer todas las monedas a propósito para joderlo. Mientras me ayudaban a recogerlas agarré la botella de vino con la mano tonta y la dejé caer al suelo simulando torpeza. Se suponía que la propiedad de la botella en ese momento estaba en el limbo porque , aunque ya la habían pasado por el lector, todavía no estaban todos mis artículos contabilizados. La cajera apretó un timbre para que vinieran a limpiar y yo entré a por otra botella, observando por el rabillo del ojo la cara encolerizada del borracho y pensando algo así como "je je" (aunque yo no soy mucho de pensar onomatopeyas). Al volver con la botella ya había más gente nerviosa. Cuando la cajera fue a pasarla por el lector le dije que ese vino ya estaba pagado, que se había roto en sus dominios y las botellas del supermercado estaban aseguradas contra caídas hasta estar a 100 metros de distancia del comercio en que fueron adquiridas y que si no me creía podía ir a casa y traerle la constitución para que lo comprobara ella misma si es que no era analfabeta. Ahora sí que se cabreó y ya nada en el mundo la iba a hacer cambiar de opinión. Le dije que quería ver al encargado e hice amago de llamar a la munincipal.
-¡¡VOY A DENUNCIAR A ESTE SUPERMERCADO POR MALTRATAR Y VEJAR A UN MINUSVÁLIDO!!¡¡VAIS A SALIR EN TODOS LOS PERIÓDICOS!!¡¡ESTO NO VA A QUEDAR ASÍ!!.
En ese momento intervino el borracho, muerto de risa:
- Venga, déjalo ya hombre, que pago yo la botella si hace falta.
Me quedé mirándolo unos segundos como horas y le dije:
-Así me gusta, que te diviertas.
Luego me dirigí a  la cajera:
- ¡¡YA NO QUIERO NADA DE ESTA PUTA MIERDA DE SUPERMERCADO!!¡¡UNO DE LOS TOMATES TIENE PELOS!!-(Mostré un tomate con pelo verde a la congregación)
Me fui dejando toda la compra donde estaba y acto seguido hice la misma compra en otro supermercado, a saber: Una berenjena, un calabacín, 12 gambas, medio kilo de carne picada, dos centollos, chorizo criollo, manzanas para el puré de manzanas, dos cartones de vino blanco y una botella de tinto de corcho y redecilla, unas ciruelas pasas, todas las especias del mostrador, garbanzos cocidos y fabes y lentejas también cocidas, las naranjas, la nata montada y las costillas de cerdo.
Ya en casa , pelé y troceé lo que era de trocear, abrí lo que era de abrir, y arrojé todo en una enorme pota y lo puse al fuego. Cuando vino Marisa ya estaba la comidita en su punto.
-¡¡SORPRESA!!¡¡HE COCINADO PARA TI!!
Levantó la tapa, husmeó, miró el contenido, me miró a mí, abrió la nevera, sacó la mortadela, cogió el pan, lo rellenó con la mortadela, se sirvió un vaso de leche, se comió el bocadillo, se comió una mandarina, levantó la tapa de la pota, husmeó, miró el contenido, me miró a mí sacudió la cabeza, se puso los zapatos y la chaquetita de punto y , antes de cerrar la puerta trás de sí, me miró profundamente como miraría  una de esas obras de arte conceptual que tan poco la gustan.
En la imagen, página 1 de 2.

martes, 5 de julio de 2011

COMO LOS SAPOS CIEGOS 2 EN PAPEL YA ESTÁ EN LA CALLE. CORRE A BUSCARLO.

 


Pues ahí está el número 2 de los sapos ciegos con un video de presentación, la bonita portada a sangre y el prólogo de Xavier Águeda , que es el fabricante de las tiras de el Listo. Tiene 40 páginas en color y 28 en blanco y negro,(LA MITAD INÉDITAS EN INTERNETE), 15,2 x 22,5 cm y es mi tercer hijo. lo podéis encontrar en:
GIJÓN :
-Café Trisquel Chigre:C/ Marqués de San Esteban 30

-Librería Paradiso: C/ Merced 28. Gijón

Bar Cucurrabucu: C/ San Bernardo 8.Gijón.


OVIEDO:
Esperteyu chigre folk  :Calleja de la Ciega 2, Bajo33010 Oviedo, Spain


javiguerrero@javiguerrero.es, y os lo enviaré presto.

El precio es de 4 euros y de 4 más gastos de envío si lo pilláis por correo o en pay pal.
LOS GASTOS DE ENVÍO SON :
ESPAÑA:2 euros
RESTO DE EUROPA¡INCLUIDA GROENLANDIA!!: 6 euros
RESTO DEL MUNDO: 10 euros
El caso es que en correos han redondeado hacia arriba (como todo) y ahora cuesta lo mismo enviar una carta de 100 a 500 grs, así que si pedís por correo a mi email 2 ejemplares o 3 de una tacada os ahorráis pelas de gastos de envío

domingo, 3 de julio de 2011

viernes, 1 de julio de 2011

LA MINUSVALÍA FRONTERIZA


A Marisa no le quería decir que tengo un hijo cuya madre no me quiso reconocer como padre porque le daba vergüenza. Durante años dijo que el niño era producto de la violación de un camarero borracho del que nunca supo más, cuando ella contaba 16 años y era pionera en la ahora masiva moda adolescente de disfrazarse de putas sin haber cortado del todo las ataduras que las unen afectivamente a sus peluches. Yo tenía entonces 17 años y ella me violó por una apuesta con sus amigas que consistía en follarse al imbécil del gorro con orejeras que andaba por ahí con los patines de cuatro ruedas(yo). El caso es que mi paternidad se hizo pública cuando el niño ya tenía 15 años y fue entonces cuando la puta de los cojones nos presentó( otro día os explico por qué). Yo a la madre la llamo la puta de los cojones pero tiene un nombre que en este momento no consigo recordar. El niño salió muy listo, rubio y guapo, para mi sorpresa, con la barbilla un poco huidiza como yo pero  el resto bien proporcionado. Sus dotes para el liderazgo y su capacidad innata para las relaciones públicas le hicieron renegar de mí excepto cuando necesitaba dinero; era entonces cuando se presentaba en casa e interpretaba al buen hijo que intenta llevar por el buen camino al padre desastrado. Un día de estos me llamó porque tenía ganas de verme y pensé que ya era hora de que Marisa supiera la verdad sobre mi oscuro pasado. Mi Marisa no dijo ni mu y me dejó explicarme como ahora lo estoy haciendo y para el día señalado lo preparó todo de puta madre, con el mantelito nuevo y los cubiertos finos y la comida de encargo con su primero de sopa de marisco y su cordero al horno y la tarta de güiski que tanto me gusta. El niño(que ya tiene 33 años), Ricardo o Roberto(no me acuerdo ahora porque yo siempre lo llamo el hijo de puta) se presentó todo vestido de marca y con una botella de agua mineral sin gas y un yogurt desnatado (el hijo de puta, repito). Yo siempre cometo la imprudencia de intentar ser simpático y natural como yo mismo olvidando por qué a Ricardo o Roberto o como se llame lo llamo el hijo de puta.
Durante la cena le conté algunas cosas divertidas que me habían ocurrido a lo largo de la vida: lo de las albóndigas que  adquirieron autonomía para moverse después de seis meses en la cacerola, lo de las lentejas que acabaron encima del gato, lo del gato que acabó en el contenedor, lo de la sardina en el culo para disfrazarme de sirena, lo de mi sombrero amarillo que representaba la alegría ortopédica y lo de la iguana introspectiva que llevo dentro, lo del día en que un monitor me hizo entrar en un autobús lleno de disminuidos psíquicos confundido por mi chándal rosa y mis zapatillas de garra de oso y lo bien que me lo pasé cantando durante el viaje. Esto último llamó su atención especialmente y supongo que también la vuestra, así que me explico: Yo había salido a por tabaco y el periódico con el chándal  y las zapatillas de garra de oso y a la puerta había un autobús en el que entraban unos cuantos disminuidos psíquicos. Me quedé mirando un rato porque había uno muy divertido que no hacía más que gritar"¡¡Vamos a la sucursal, vamos a la sucursal!!" y recordé con resentimiento que en mis años mozos estuve a punto de conseguir una paga de minusvalía por mi intasable coeficiente intelectual, que hacía equilibrios entre la estupidez y el desparpajo; pero un psicólogo escéptico se puso en mi camino y consideró que  yo era un idiota por negligencia o quizás por premeditación y que el uso arbitrario que hacía de mi materia gris era producto de la comodidad y no de una tara baremada en la lista de minusvalías subvencionables. El caso es que uno de los monitores me empujó al autobús confundiéndome con un miembro del grupo y yo me deje empujar, viendo la oportunidad de comprobar cómo podía haber sido mi vida de no haberse interpuesto el psicólogo malvado. Nos lo pasamos muy bien cantando canciones de excursión y visitando el jardín botánico. Cuando se fueron me quedó una pequeña añoranza de lo que pudo haber sido que todavía no he podido sacudirme de encima."¡Vamos a la sucursal!", me parece escuchar algunas noches en sueños, y veo la cara sonriente de ojitos diminutos del que podía haber sido mi mejor amigo.
- ¿Eso es verdad?- preguntó mi hijo cuando terminé el relato, tal y como os lo he contado.
-Claro hijo, yo nunca te mentiría.
Mi hijo tenía en mucho aprecio su superioridad intelectual comportándose a veces como si tuviera un tenedor alojado en el culo y mí me gustaba hacerle ver que era el vástago de un tarado y compartía sus genes. Mi Marisa estuvo todo el rato calladita, emitiendo unas tímidas risitas y sirviendo la mesa como una amita de su casa sobreactuada. El chico presumió de su trabajo de no sé qué hostias de empresa y me aconsejó moderación y sensatez porque ya iba teniendo años y al despedirnos mi Marisa le dijo con su sonrisa de amita de casa sobreactuada que como volviera por allí le cortaba los huevos.