domingo, 26 de enero de 2014

Quiero la zanahoria

 
http://fundicionprincipedeastucias.com/podemos-connection/#.UuT9lfuDPpE
 Ilustración de Alejandro Nafría
Como cómico no me dice nada a mí tampoco, el Pablo Iglesias. Estoy expectante, pero no seré yo el que no le de una chance a uno que todavía no ha robado y cuyo discurso me gusta. Si tiene los huevos de presentarse en Asturias y definir como tópicos los iconos revolucionarios de la izquierda asturiana y salir ileso y aplaudido es que algo está haciendo bien. ¿Habrá algo menos populista que poner en tela de juicio todo aquello a lo que en Asturias (borracha y dinamitera) nos aferramos en un eterno acto de fe que ya no da resultados. Admirar los logros del pasado es respetar; girar en bucle en torno a ellos es morderse la cola.
 
Hay quien dice que PODEMOS estar siendo manipulados sin advertirlo y quien ve (con mucha imaginación en mi opinión) alguna patología narcisista y megalómana en la personalidad de Pablo Iglesias o, lo que es peor, un tirano y dictador, talibán de izquierdas. Si PODEMOS estar ante una maniobra bien orquestada de la izquierda descontenta es algo que me importa una mierda porque igual ya va siendo hora de que alguien nos manipule positivamente de una vez o en alguna dirección al menos. Manipúlenme, por favor, a los votantes descreídos y los que se abstienen y pónganles la zanahoria delante. Manipúlenme a mí también con sensateces, que hace mucho que nadie me pone delante a la madre de todas las zanahorias. Una zanahoria hermosa debajo de un arcoiris en el país de la piruleta, si hace falta, pero una zanahoria que nos haga salivar de ansiedad.

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